Hace 20 años comencé un proyecto personal que me permitira practicar mi hobby preferido, la repostería, y al mismo tiempo unir tras un objetivo común a toda mi familia, esto me permitió compartir con mis hijos Sebastian, Carolina y Luciana mucho más tiempo. Del mismo modo, la participación de mi esposo Ricardo, ingeniero de profesión nos ayudó a recorrer el camino de la búsqueda de la excelencia.
También quise compartir y canalizar los aromas y sabores de mi infancia, propios de la tradición culinaria centro-europea de mis padres. Muchos viajes al exterior me permitieron seguir creciendo, y ver el origen de muchas tortas en los lugares donde nacieron. Hoy, todos hemos crecido, mis hijos ya no comparten el día a día conmigo, pues abrazaron profesiones diversas, yo sigo acompañada por mi esposo en esa busqueda de hacer las cosas cada vez mejor y con el mismo entusiasmo aún después de la larga trayectoria y las diversas capacitaciones. Lo que sigue como el primer día es el profundo deseo de compartir ese espíritu casero, que hoy conservan las antiguas Patisserie, en aquellos países donde se considera a la repostería como una manifestación de la identidad cultural. Kliogas de Sticotti