16/06/2024
Ya llegó el super latón INDIO a La sombra del tigre pídela mañana para acompletar el regalo de papá!
Tienda de Abarrotes con casi 60 años satisfaciendo las necesidades de los Castmayenses y amigos de paso.
MEX/180
San Francisco De Campeche
24517
Lunes | 7am - 11pm |
Martes | 7am - 11pm |
Miércoles | 7am - 11pm |
Jueves | 7am - 11pm |
Viernes | 7am - 11pm |
Sábado | 7am - 11pm |
Domingo | 7am - 9pm |
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Esta es la historia de Don Crescencio habitante del poblado de Castamay, Campeche, mi querido abuelo; cuando él era pequeño tuvo que dejar la escuela primaria olvidándose de una beca que lo llevaría a estudiar matemáticas a la capital de la República Mexicana por ayudar a mi bisabuelo a llevar comida a la mesa, junto con su hermanastro y mi bisabuelo se dedicó a hacer y vender carbón, pero al llegar a la adolescencia y necesitar un poco más de dinero para sus gustos personales o para llevarle un pequeño detalle a mi abuelita, notó que realmente muchas personas pedían el carbón fiado, y así no había suficiente dinero para subsistir la semana, por lo que entraría en un conflicto personal donde el debería empezar a trabajar en un segundo empleo para tener un poco de dinero extra.
Fue así como empezó a trabajar en una pequeña tienda de abarrotes a los 17 años de la cual sus tíos eran los propietarios y el aprovechaba para venta de raspados (bebida refrescante de hielo molido con jarabes de distintos sabores), pero en la cual habían demasiados problemas donde se responsabilizaba a mi abuelo cuando él era inocente, por lo que él poco a poco empezaba ya a juntar su sueldo, su ganancias de carbón y raspados y la carne de algunos animales que cazaba de vez en cuando para iniciar ya su propio negocio.
Fue en el año de 1959 cuando en un viaje de cacería a las colinas que se encuentran a las afueras del pueblo se encuentra con un jaguar o como él lo conocía un tigre tras un acto de valentía en una riña por la supervivencia entre mi abuelo y el animal, con un tiró de suerte él sale victorioso para contarme esta historia.
En ese mismo año decide abandonar la tienda de sus tíos, y pese a regaños de todos por querer vender la piel de dicho jaguar que para los pobladores de Castamay era como un trofeo, toma la afortunada decisión de venderla en la famosa tienda campechana llamada “Valle Chab” y junto a sus ahorros construir un pequeño y humilde puestecito de 16 m^2 el cual llevaba por nombre “El satélite” pues eran los años donde estaban en auge sus lanzamientos (el abuelo siempre a la moda).