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Nuestra Historia
La historia de Casa Ley está asociada directamente con la vida de su fundador, Don Juan Ley Fong, el inmigrante chino que puso los cimientos de la que hoy es la cadena de tiendas de autoservicios más importante del Noroeste de México. La historia de Ley Fong (Lee Fong en chino) es, como la de muchos otros triunfadores, la de alguien que surgió desde abajo para escalar las alturas. Es la historia de quien a los 10 años de edad, tuvo que tomar la decisión que marcó su destino. Su familia llegó a Mazatlán, México por barco, en busca de fortuna y mejor vida. En 1905, regresaron de nuevo a China. Seis años después, ya en 1911, el pequeño Lee Fong abandona el hogar tras una disputa con su padre. Para pasar la noche, se aloja a escondidas en un barco que por la madrugada zarpó de manera súbita. Sin quererlo, el pequeño se había embarcado en la mayor aventura de su vida, la que marcaría el derrotero de su existencia. El polizonte fue descubierto por los tripulantes viajando mar adentro, pasó semanas enteras en ese buque que un raro azar del destino, tuvo como destino final a Mazatlán. Cuando llegó al puerto mexicano, contó con la ayuda y orientación de otro inmigrante chino, Sixto Pang, quien lo recibió y alojo en calidad de hijo, le ayudó a aprender español y a ajustarse a sus nuevos alrededores. El apellido de Lee se convirtió en español a “Ley" y él adoptó un nuevo nombre, Juan. Así es como inició la historia de éxito en México de Juan Ley Fong. Su vida trascendió porque gracias a la semilla que sembró, su apellido, el que nos heredó, se convirtió en sinónimo de desarrollo empresarial dentro y fuera de un país que sin ser el suyo, fue por el que tanto trabajó. Establecido ya en su nueva ciudad, se inició vendiendo carbón de leña de puerta en puerta y muy pronto, se las ingenió para ejercer el comercio entre esa ciudad y Guaymas, otro puerto del Pacífico mexicano. Así, Juan Ley Fong se convirtió en una figura establecida en la comunidad. LOS AÑOS DIFICILES En 1910, estalla la revolución en México. Las circunstancias lo llevaron a convertirse en asistente del general Álvaro Obregón, quien años más tarde sería nombrado presidente de México. Este personaje lo invitó a ser el proveedor de forrajes para su ejército. Pocos años después, comités anti-Chinos comenzaron a promover en el norte del país un programa antiinmigrantes. En algunos estados tuvieron éxito y se avocaron a leyes que requerían a todos los negaciones que el 80 por ciento de sus empleados fueran mexicanos. En otros casos, ganaron una legislación que prohíbe el matrimonio entre chinos y mexicanos. Al mismo tiempo, afiliado a pandillas callejeras acosaban y atacaban inmigrantes con relativa impunidad. Bajo ese escenario, Ley Fong regresa a Mazatlán en 1928 y en 1931, conoció a Rafaela López Trejo, con quien se casó poco después. En pleno auge de la campaña contra inmigrantes en Sinaloa, escapó de la deportación - o algo peor - huyendo a un pequeño pueblo del estado de Durango llamado Tayoltita, ubicado en las montañas de la Sierra Madre. LA VIDA EN TAYOLTITA Tayoltita era un centro mineral que estaba en auge así que él encontró trabajo como hortelano de la empresa norteamericana San Luis Mining Company. Ahí nacieron sus nueve hijos, 6 varones y 3 mujeres Siendo el único chino en Tayoltita, los hijos fueron criados casi totalmente dentro de cultura mexicana pero con los fundamentos de la cultura china: la del trabajo y la perseverancia.�Su siguiente paso fue instalar un pequeño establecimiento que se convirtió en la tienda del pueblo. Durante esos años, puso además una fundición. Compraba metal a los gambusinos de la región, lo beneficiaba y sacaba barras de oro y plata que el mismo vendía al Banco de México. Las ventas las hacia en Mazatlán. Cuando las angustias económicas estaban plenamente superadas, en el año de 1948 sufrió la traición de un amigo cercano, quien se encargó de dejarlo en la ruina. Su fortuna se esfumó pero lejos de amilanarse, volvió a la lucha apoyado por toda su familia. UN NUEVO ESFUERZO Ley Fong se enfrasco en una batalla por recuperar lo que le habían quitado, recorrió varias partes de México en busca de un lugar en donde emprender una nueva empresa y ofrecer a su familia una mejoría económica. Durante cuatro años, su primogénito, Juan Manuel Ley, se hace cargo del negocio en Tayoltita. Es 1954, Ley Fong decidió que la familia se trasladara a la ciudad de Culiacán, la capital del estado de Sinaloa. Buscaba un mejor destino para sus ahorros y para eso compró un modesto establecimiento situado en el viejo centro de la ciudad. La familia se trasladó a Culiacán y en Septiembre de 1954 nació la empresa Casa Ley. Aquella decisión trazó el surgimiento de la actual cadena de autoservicios. Hoy, la insignia rojo-y-blanca trapezoidal de Ley se ha hecho común en más de 60 ciudades o municipios de la República. Para la familia, ahí fue donde el aprendizaje se hizo intensivo. Su vida diaria iniciara a las 4 de la mañana, hora en que se abría la tienda Era todo un espectáculo ver la dinámica del movimiento que se daba alrededor y adentro de la tienda... Para los hijos de Ley Fong, siempre había tareas por hacer, siempre responsabilidades que cumplir... Lo mismo cargar que descargar, despachar que cobrar o bien salir en camionetas cargadas para repartir tanto en la ciudad como en su periferia. Todo esto se tradujo en años de esfuerzos y sacrificios, de mucha laboriosidad, así se fue creando la imagen de la empresa. Sin embargo, la vida de aquel hombre luchador, Juan Ley Fong, llegó a su fin el 26 de Marzo de 1969. LA NUEVA HISTORIA Ante la ausencia física de su padre, su primogénito Juan Manuel, asume el control el negocio familiar. En esos años, los supermercados comenzaban a surgir en México, un modelo de negocio que no contaba con la aprobación de Ley Fong, quien decía que “carecían de un toque personal en el servicio”. Pero Juan Manuel tenía una diversa opinión sobre supermercados, y en 1970, abre el primer supermercado de Ley en Culiacán. La cadena creció lentamente y constantemente a través de la década hasta que Juan Manuel, en un viaje por San Francisco, conoció a Peter Magowan, dueño de la cadena de supermercados de Safeway. Los dos hombres hicieron amistad y en 1981 Safeway compró el 49 por ciento de Casa Ley. Con la infusión de nuevos fondos, la cadena entró en un período de extensión rápida. Lo que construyó el primogénito de Ley Fong fue la cadena líder de tiendas en el Noroeste de México, ya con presencia nacional.