10/02/2024
Hubo una vez, hace muchos, muchos años, que las calles de los pueblos y las ciudades estaban salpicadas de pequeños espacios llenos de colorido que atraían la mirada de grandes y pequeños. Allí podías encontrar chuches, cromos, tebeos, periódicos, revistas… pero también, y tan importante como lo anterior, estos espacios eran punto de encuentro del vecindario, el lugar donde echar el rato y ponerse al día de la vida cotidiana. Allí se podía hablar de fútbol, de lo cara que está la luz y la cesta de la compra, de los políticos, de la última revisión médica, del vecino de al lado. En resumen… se compartía la vida. Hablamos de los kioskos, una palabra en peligro de extinción al igual que el elemento que define, porque encontrarse con una de estas reliquias es cada vez más difícil.
En la Alhóndiga, barrio popular de la ciudad de Getafe, llegó a haber nueve de ellos. Uno de estos, el Kiosco de Paco, dejó una huella especial en los vecinos. Estuvo en funcionamiento durante 40 años, hasta el año 2012. Tras su cierre, se mantuvo como símbolo de un pasado lleno de nostalgia, sobre todo para los que pasaron su infancia y adolescencia en la plaza de Tirso, primero compartiendo juegos infantiles y después charletas y primeros ligoteos juveniles.
Pero todo llega y hace unos días también pasó a formar parte de la historia de la Alhóndiga, esa que contamos a los que vienen detrás y que, a su vez, ellos siguen construyendo.
Gracias a todos los que estos días habéis contactado con nosotros, por vuestras fotos y por mostrarnos vuestro cariño por esos 6 metros cuadrados de espacio que ahora ya forman parte de vuestra memoria.
Paco y Mali.