04/10/2023
amo amar, amo de todas las formas, yo siento mucho y solo quiero quedarme hasta llegar muy lejos. vienna, austria, 2002.
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quería quedarse. él no era de estar a gusto cuando sentía que era una hoja, tan ligera que el aire la deshacía, inconsciente de su próximo destino y de su propia vida, no era un tipo que deseaba fluir por más que lo intentara. lo había intentado mucho tiempo. estaba dispuesto a entregarse una vez más, pudo sentir el sabor dulce de la vainilla tocar sus labios y como el delicado roce despertaba todos sus sentidos. lo abrazaron y tiraron de él, sus pies, en cambio, se seguían sintiendo faltos de superficie. se aferró y detuvo cuanto pudo, su corazón palpitaba, le quemaba, deseaba arrancarselo y con ello poder atarse al suelo firme, buscando las manos que intentaban llevarlo al cielo otra vez, pero ahora siendo él quien tomaría esas manos y de rostro borroso, le haría conocer otra experiencia, otra vida, otro sentimiento. ¿sería suficiente? el suelo firme era igual de peligroso que la brisa fresca de abril, pronto este empezó a craquelarse y uno de los dos tenía que irse, uno de los dos tenía que salvarse. en su último acto desesperado y de una persona que aloja tanta impulsividad como amor por dar y regalar, dejó que volviera a elevarse, soltó sus manos y vió como las nubes se lo llevaban, entonces lo vió bien, lo vió feliz, lo vió en paz. el suelo se fragmentó en pedazos, pero por suerte (dependiendo de la perspectiva que tenga nuestro lector), él no se había ido, clavaba sus uñas con fuerza, ya sea para tomar impulso y volver a elevarse o bien tratar de reparar cada fisura de la tierra seca. ya no tenía esperanzas, como una hoja que se lleva el viento, su alma lo abandonó al ir en búsqueda de las manos que alguna vez abrigaron sus mejillas, pero su cuerpo aún estaba en el suelo, recostado y esperando que la muerte lo recoja, el mundo se había acabado para él, puesto, ¿qué mundo habría si no puede haber un suelo firme y una brisa fresca? así que, con el último suspiro que logró emitir, deseó volver a ser una hoja, deseó volver a sentir que el aire lo llevara de un lado hacia a otro, deseó volver a verlo, ambos, siendo hojas o ambos siendo rocas.