14/09/2024
Mañana cumple de Chaucato!
Misa en la Capilla de huacachina!
Hoy 14 de setiembre a las 7:00 pm.
Algo que escribió uno de sus nietos hace muchos años...
"Había llegado a Ica. Me recibía el sol ardiente y el sonido de vendedores ambulantes de la zona. No disfrutaba de nada más que llegar a la chacra de mi abuelo Rodolfo. Hacía días que me había llamado anunciándome que los perros me enviaban saludos: “¡Aquí te mandan saludos Luki y Lucha Reyes Federico, te espero pronto!” Me decía por el teléfono. Mi abuelo era un hombre de baja estatura, ojos azules y postura firme. Cada vez que iba a su chacra me bañaba en el agua transparente del pozo. Esta se podía beber y tenía un mejor sabor que el agua embotellada que vendían en los supermercados de Lima. Me acordaba de los días jugando con mis primos a hacer casas de mentira, corriendo por el prado bajo un sol que te calentaba la almohada. Día tras día, me despertaba el kikirikeo del gallo. Mi abuelo se despertaba a las siete de la mañana e iba a ver el Pisco a la bodega. Desde la ventana, veía que lo acompañaban tres perros a su derecha y tres a su izquierda. Había comenzado a destilar Pisco desde 1975 que falleció mi bisabuelo. Me acuerdo su voz en la mañana de aires fríos diciéndome: “¡Federico, es hora de trabajar!”. Yo seguía a mi abuelo callado mirándolo con ojos de sorpresa y respeto. Un hombre que se dedicaba al campo, los peones lo miraban atentamente cuando les ordenaba hacer alguna tarea y estos acataban de manera veloz. ¡Oye Miguel, aquí no has trazado bien los surcos! - exclamaba este. "Lo he hecho como usted me ha ordenado Don Rodolfo”, le decía aquel, a lo que mi abuelo le respondía: “¡Así no te he dicho yo!” Luego me miraba a mí y con el ceño fruncido me decía: “¡A ver Federico! Trae la pala y haz bien los surcos mientras voy a prender el motor”. “Sí papapa” le contestaba yo. Mientras se había ido, yo había hecho un laberinto en la tierra como si escribiese símbolos chinos. Mi abuelo al regresar, se percataba de esto y pegando un grito al cielo decía: - ¡¿Qué es esto?!” Yo con toda co**ha a los nueve le increpaba: - ¡Ahí están los surcos abuelo! - ¡Chacho de mi**da carajo! Deja ahí la pala. -Y volviéndose hacia Miguel le ordenaba: -¡¡Miguel!! Arregla esto. - ¡Sí don Rodolfo! Le contestaba este. Siempre tuve la curiosidad de preguntarle a mi abuelo porque me decía Federico, y a mi primo Renato: Calderón. Tenía mucho ingenio para ponernos apodos. Yo escuchaba por mis tíos que cuando se bebía porrones de Pisco con sus amigos, todo el recinto se volvía una fiesta. Venían miembros del FBI Corp.: La Federación de Bebedores Iqueños. Era un honor pertenecer a esta Federación donde el presidente vitalicio era mi abuelo. Había que tomar Pisco cinco años seguidos y luego se procedía hacer una juramentación aseverando este hecho. Mi abuelo le comentó una vez a un visitante que este grupo tenía una rama femenina, aunque hasta el día de hoy yo no las conozco a esas mujeres. Entre los miembros más famosos, destacaban el periodista y comentador peruano de RPP Raúl Vargas: gran amigo de mi abuelo. Otra cosa que repetía este, era una serie de poemas que los guardaba especialmente para nosotros sus nietos, recitándolos en ocasiones con mucha concentración y decoro. Me decía: ¡Ti tina tina Tontina, la de la voz argentina y aliento de jazmín! ¡Asómate a tu ventana ingrata y escucha la mandolinata que te doy desde el jardín! ¡Darse al mejor postor, ti tina tina eso es feo, no es decente, no lo creo! ¡¡A ti lo que te hace falta según a la vista salta, no es un viejo rico no!! ¡Es un trovador amante, un poeta que cante, como un mirlo como yo! Me emocionaba verlo declamar estas palabras al verlo tan emocionado y enérgico. Terminada la poesía, mis primos y yo lo aplaudíamos. A eso de las tres de la tarde, después de comer pallares con arroz de la chacrita, mi abuelo se metía a su cuarto. Luego abría la puerta y salía con su ropa de baño roja (la única que tenía) y me decía: “¡Vamos al pozo Federico!” Yo asentía."
Alejandro Parró Mejía